domingo, 12 de agosto de 2007

Jumilla y Agramón

A pesar de que no tienen nada que ver uno y otro, son dos triatlones que tienen “algo diferente”.
En Jumilla probablemente sea sentimental. Fue mi primer triatlón hace dos años, el año pasado no lo hice porque arrastraba una lesión “futbolera” y este tenía ganas de repetir la experiencia pero con mejor preparación, y la verdad que en esto de competir contra uno mismo me gané por cuatro minutos, a pesar de que este año había una vuelta más con la bicicleta; esto de entrenar de vez en cuando se nota.
En el agua fui demasiado tranquilo (después de Cullera me da miedo ir muy fuerte en el agua), y salí en trece minutos.
La bicicleta ha sido la mejor hasta el momento, salí de boxes con un chico del club de Monovar y fuimos pillando ciclistas y ¡dejándolos atrás incluso!, hasta que al principio de la tercera vuelta llegamos a otro grupo de tres y seguimos los cinco a buen ritmo.
Al principio de la cuarta vuelta un triatleta de Cartagena se cayó delante de mi, y entre evitarle y no caerme, perdí los metros justos para ya no ser capaz de coger a los otros tres.
Esta última vuelta se me hizo muy larga y a pesar de todo no me salió una mala media (36Km/h).
La carrera a pie no fue del todo mal (en mis tiempos habituales), pero el circuito me resulto duro. Tres vueltas sin una sombra, corriendo a veces por arena suelta y encima me pasó gente a la que había pasado en la bicicleta.
Al final 1h19 corriendo en 22 minutos.
Y después la parte divertida. Comida de “hermandad” con el C.T.Jumilla. Arroz, Cabrito,… vamos lo recomendado para estos casos. La pena es que por la noche trabajaba y tuve que abandonar antes del fin de fiesta. Esperemos que estos actos se terminen convirtiendo en tradición.

Ayer Agramón fue algo totalmente distinto. Todo el paraje por donde se desarrolla es diferente a lo que había visto hasta ahora.
Nunca había nadado en un pantano y a falta de ver los tiempos tengo la misma sensación que últimamente, que voy algo lento nadando y tendría que esforzarme más. Además la salida me pilló distraido hablando con Miguel Ángel y no puse el pulsometro en marcha. La sensación de nadar en el pantano fue bastante agradable, sin olas, sal ni cloro.
La transición es curiosa. Tres minutos corriendo cuesta arriba, parecía un acuatlón, y me lo tomé con tranquilidad porque el sector ciclista me tenía “intranquilo”.
La bicicleta tremenda. Una primera cuesta de 600-800 metros brutal en la que iba clavado, pero que al empezar a pasar gente me di cuenta que habían otros más clavados que yo, por lo que decidí que no iba tan mal.
El no drafting y el recorrido una vez pasado ese inicio no me han resultado tan complicados como imaginaba. El circuito era muy chulo, constantes subidas y bajadas, y rodeado de pinos. He pasado algún ciclista y me ha pasado algún avión volando bajo. Solo el último kilómetro antes del giro se me ha hecho muy duro, una subida que no me ha parecido tan complicada hasta que al bajarla me he puesto a 55 km/h, y entonces he entendido porque subía tan despacio.
La entrada al pueblo espectacular. Muchísima gente en la calle, y durante toda la carrera igual, en ningún triatlón he visto tanta gente animando, parecía que estaba todo el pueblo en la calle. La media,a priori, no ha sido del todo mala (32Km/h), aunque cuando vea los resultados a lo mejor ha sido la penúltima y cambian mis sensaciones.
La carrera creo que no estaba bien medida y había menos de 5000. Aún así he hecho una de mis mejores carreras. He hecho 20´ aguantando bien a 180 pulsaciones. Me ha gustado, y encima casi todo el tiempo la gente animando.
Solamente una pega a todo el triatlón. La forma de devolución de las bolsas de la 1ª transición fue caótica: Un camión en el que estaban las bolsas amontonadas y un montón de gente rebuscando números y tirando bolsas hacia otro lado. Creo que hay otras formas de hacerlo, como en Fuente Álamo por ejemplo

1 comentario:

CHETTA dijo...

Hola Arturo.
Esperamps que tengas mucho éxito con tu blog.
Desde aquí queremos dejar muy claro que Arturo se cuida mucho y eso de empinar el codo... pasó a la historia, ja, ja ,ja.
Saludos. Concha y Lozano.